INTRODUCCIÓN A LA ADOLESCENCIA II

 




Los adolescentes pasan gran parte de su tiempo en su propio mundo, 
el cual es primordialmente independiente del de los adultos (Larson y Wilson, 2004).


La adolescencia no es y ya está...., no se trata de una evento espontáneo por el que transita el ser humano sin dar ni recibir nada a cambio, sino que es una realidad, una gestalt, un puzzle que está formada por diferentes piezas: biológicas, históricas, contextuales, culturales, económicas y, por supuesto, hasta de género. 

Comprende un periodo de tiempo impreciso, cuya duración tiene límites difusos que ha ido expandiéndose en los últimos años a causa del comienzo más precoz de la pubertad y a la prolongación del periodo de formación académica y profesional. La Sociedad Americana de Salud y Medicina de la Adolescencia, la sitúa entre los 10-21 años, distinguiendo tres periodos que se conectan entre sí: adolescencia inicial, media y tardía.

Adolescencia inicial: Comprende el periodo desde los 10 hasta los 13 años, y se caracteriza fundamentalmente por los cambios puberales.

Adolescencia media: Abarca desde los 14 años hasta los 17 años y se caracteriza, mayormente, por la aparición de los conflictos familiares. Es en esta etapa cuando pueden iniciarse con más probabilidad las conductas de riesgo.

Adolescencia tardía: Sus límites están entre los 18 años y los 21 y se caracteriza por la readaptación de los valores paternos y por la asunción de tareas y responsabilidades propias de la madurez.

El propio concepto de adolescencia lleva intrínseco un viaje que el ser humano debe afrontar dejando atrás la infancia para abrazar la madurez, una travesía que, como otras muchas en los que se embarca el ser humano necesita de un proceso asertivo para convertirse en persona y requiere además de un curso evolutivo formado por una serie de fragmentos que precisan de una adecuada armonía para la creación de una adolescencia positiva. Los ámbitos del ser humano implicados en el proceso de transformarse en adulto son: el biológico, el psicológico, y el social. 

El biológico, en el que se incluyen los cambios debidos a las transformaciones y alteraciones que surgen en nuestro cuerpo debido a las hormonas y que culmina con el desarrollo físico y sexual. 

El psicológico que supone volver a reformular la identidad, un nuevo concepto de sí mismo, la independencia emocional, el compromiso con un conjunto de valores y asumir un nuevo rol frente a la sociedad. En este marco aparecen también cambios en los pensamientos, surgiendo ideas más abstractas e hipotéticas, además de cogniciones que los hacen sentir seres únicos y a los que todo el mundo observa. Y como no, los sentimientos que durante esta etapa se sitúan en dos polos de un continuo muy pequeño, en el que se pasa a cambiar de estado de ánimo, del amor al odio, por casi cualquier motivo.

Y por último el contexto social, quizás el más importante ya que la adolescencia supone un segundo nacimiento, un volver a nacer, pero esta vez al mundo, entendido no como un alumbramiento del ser biológico, sino como un nacimiento social, que se relaciona con la pertenencia al grupo, al contexto socio-cultural en el que se encuentra el ser humano y que finaliza en la emancipación que permite que los jóvenes accedan a la condición de adultos. 

Este proceso, el de convertirse en adolescente, no implica quitarse el traje de la infancia para ponerse el de la adolescencia ¡no!....., ¡ojalá fuera tan sencillo!........ Este cambio supone, una anticipación entusiasta por el futuro, el sentirse feliz por lo que esta por llegar y el crear expectativas de lo que supone transitar por esta etapa. Este sentimiento optimista, relacionado con el cambio, va acompañado por uno de ansiedad por lo que tiene que suceder y por uno de duelo por lo que se pierde al dejar la infancia. 

Todos las transformaciones que se producen en esta etapa requieren un reajuste psicológico importante al que como educadores, o como padres/madres debemos prestar atención, ya que es la adolescencia un momento en el que más se puede ganar, pero como en las grandes apuestas más se puede perder si no se actúa con prudencia y responsabilidad.  

Estos cambios aparecen, ni más ni menos, con la idea de preparar al adolescente a la tarea más difícil a la que se enfrenta el ser humano (¡y a que edad!): sentar las bases de la identidad

¿Es igual la adolescencia para todos?, ¿Hasta que punto es responsable el ser humano de desarrollar una adolescencia adecuada? ¿Es actor o director de su propia historia?..... 

A la vista de las investigaciones, parece que el ser humano vive inserto en un contexto histórico-socio-cultural que es el que condiciona el desarrollo evolutivo del mismo, las elecciones de los adolescentes están influidas por los padres, maestros, amigos e instituciones, y por condiciones y valores sociales más amplios. 

En Estados Unidos, los adolescentes pasan menos tiempo con sus padres que antes y confían menos en ellos. En India, es posible que los adolescentes vistan con ropa occidental y que utilicen ordenadores, pero conservan fuertes lazos familiares y, con frecuencia, sus decisiones vitales tiene influencia de los valores hindúes tradicionales. En los países occidentales las adolescentes se esfuerzan por estar tan delgadas como sea posible. En Nigeria y otros países de África, la obesidad se considera bella y las niñas intentan engordar con esteroides y hormonas de crecimiento. En España los adolescentes viven y tienen una fuerte dependencia de sus padres hasta gran entrada la edad adulta. 

¿Y en nuestra ciudad?, ¿Existen diferencias socio-culturales en los múltiples barrios que la conforman? ¿Se vive igual la adolescencia en función de vivir en un barrio o en una familia que en otra? 


Os dejo un podcast para que lo escuchen los alumnos en el aula, en él se introduce a los adolescente a esta etapa.

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Daniel Grande Jiménez
Técnico del Equipo Municipal de Absentismo Escolar
Delegación de Asuntos Sociales
Excmo. Ayto. de La Línea


              
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