DESARROLLO PSICOSOCIAL I

 Grupo de estudiantes de secundaria. adolescentes con personajes de dibujos  animados de mochila escolar | Vector Premium

"Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro....

y a veces lloro sin querer."

Darío, R. (1905). Canción de otoño en primavera. Juventud divino tesoro.


La adolescencia tiene sus propios hitos evolutivos, estos están conformados por actividades que si se realizan de forma adecuada conducirán al individuo a la felicidad y el éxito en las siguientes tareas a las que se enfrentara en etapas evolutivas posteriores, su fracaso conllevara dificultades a nivel personal, social, académico y familiar.


El progreso del desarrollo se visualiza en la medida en que estas tareas se logran e integran con competencias que emergen posteriormente, llevando finalmente a un funcionamiento adaptativo durante la madurez.


Abordaremos este apartado a través de la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson  (Erikson, 1950, 1982; Erikson, Erikson y Kivnick 1986) que abarca ocho etapas de todo el ciclo vital. Cada etapa comprende lo que el autor llamó una crísis de la personalidad y requiere que se equilibren una tendencia positiva y una negativa. Para un desarrollo óptimo, la tendencia positiva debe predominar, pero también, en algún grado, se necesita de la negativa. En concreto, en la adolescencia aparece la etapa de identidad vs. confusión de identidad. 


La tarea central de este periodo es la búsqueda de la identidad, definida por Erikson como una concepción coherente del yo formada por metas, valores y creencias con los que la persona se compromete de manera firme. Dicha identidad hace a la persona diferente tanto de su familia, como de sus iguales y del resto de los humanos. 


Como enfatizó Erikson (1950), el esfuerzo por darle sentido al yo es parte de un proceso sano que se construye sobre las bases de los logros conseguidos en etapas anteriores (la confianza, la autonomía, la iniciativa, etc.) y que coloca los cimientos para enfrentarse a los retos de la vida adulta.  Sin embargo, es raro que la crisis de identidad se resuelva por completo durante la adolescencia; las cuestiones relacionadas con la identidad surgirán una y otra vez a lo largo de la adultez.


¿Qué conforma el logro de la identidad? En este constructo se incluyen: la aceptación del propio cuerpo, el conocimiento objetivo y la aceptación de la propia personalidad, la identidad sexual, la identidad vocacional y que el individuo defina una ideología personal que incluya valores propios. 


Este autoconocimiento, que no aparece como consecuencia inexorable del desarrollo, sino que es producto de un proceso activo de búsqueda, hace necesario que el adolescente distinga entre quién es de verdad y quién desea ser, y se haga cargo de sus potencialidades así como de sus limitaciones. Esto lo logrará solo después de que haya considerado,  seria y cuidadosamente, varias alternativas en los diversos aspectos involucrados en la identidad y haya llegado a conclusiones por sí mismo. En consecuencia, los jóvenes pueden experimentar con distintas conductas, estilos y grupos de pares como una forma de buscar su identidad, proceso que también involucra algún grado de rebeldía respecto de la imagen familiar. 


Lograr una identidad supone sentirse en armonía consigo mismo, aceptar nuestras capacidades y limitaciones. Así también, una vez establecida esta identidad personal, se adquiere una buena disposición para la intimidad y para comprometerse con otras personas, con una vocación, una ideología política e incluso una creencia religiosa. Así pues, el objetivo final del logro de una identidad es el de convertirse en un adulto único con un sentido coherente del yo y un papel valorado dentro de la sociedad.


Erikson consideraba que el peligro principal de esta etapa era la confusión de identidad o rol, que puede demorar enormemente la llegada de la adultez psicológica. No obstante, es normal cierto grado de confusión de identidad. Según Erikson, esto explica la naturaleza aparentemente caótica de gran parte de la conducta adolescente y la dolorosa inhibición que exhiben los jóvenes. La pertenencia a diferentes grupos y la intolerancia ante las diferencias, ambas sellos distintivos de la adolescencia, son defensas en contra de la confusión de identidad.


Las investigaciones del psicólogo James E. Marcia (1966, 1980) establecen que los adolescentes pasan por cuatro diferentes estados de identidad, estados del desarrollo del yo (self): logro de identidad, exclusión, moratoria, y difusión de la identidad. Las cuatro categorías difieren según la presencia o ausencia de crisis y compromiso (los dos elementos que Erikson consideraba como esenciales para la formación de la identidad).


Describamos cada una de estas categorías:


- Logro de identidad: Estado de identidad que se caracteriza por el compromiso con las elecciones tomadas después de una crisis, un periodo enfocado a explorar las alternativas. Crisis que conduce a un compromiso.


- Exclusión: Estado de identidad en el que una persona que no se ha tomado un tiempo para considerar alternativa (es decir no ha estado en crisis) está comprometida con los planes de otras personas para su vida. Compromiso sin crisis.


- Moratoria: Estado de identidad en el que una persona considera alternativas (en crisis) y parece dirigirse al compromiso. Crisis sin que aún haya compromiso.


- Difusión de identidad: Estado de identidad que se caracteriza por ausencia de compromiso y falta de consideración seria de alternativas. Sin compromiso, sin crisis.


Un ejemplo para comprender mejor esta teoría:


María, Andrés, Marta y Antonio, son alumnos que actualmente están cursando 4º de la ESO. 


María (como todos le dicen) ha pensado muy bien acerca de lo que quiere estudiar y planea hacer bachillerato en la rama de ciencias, tiene claro desde siempre que quiere convertirse en ingeniera, además ha elegido varias universidades para poder estudiar esa carrera. Se sitúa en la categoría de logro de identidad.


Andrés sabe exactamente lo que va a hacer. Se quedará en el negocio familiar. Él nunca se ha planteado hacer otra cosa. Se sitúa en la categoría de exclusión, ya que acepta los planes que otras personas han dispuesto para su vida.


Marta siente ansiedad acerca de que decisión tomar, no tiene muy claro si hacer bachillerato o irse a un ciclo formativo, todavía no se ve capacitada para decidir. Se sitúa en la categoría de moratoria.


Antonio aún no tiene ni idea de lo que quiere hacer, pero no está preocupado. Supone que cuando llegue el momento tomará la decisión acerca de su futuro. Se sitúa en la categoría de difusión de identidad, ya que no considera sus opciones de manera seria y está evitando comprometerse.


Estas categorías no son etapas; representan el estado del desarrollo de la identidad durante un momento en particular y es probable que  cambie en cualquier sentido a medida que los jóvenes continúan desarrollándose (Marcia, 1979). Según Erikson, la moratoria psicosocial, el periodo de libertad que proporciona la adolescencia, les permite a los jóvenes buscar compromisos a los que pueden ser fieles. ¿Se está imponiendo en la actualidad una adultez prematura a los adolescentes?, ¿están participando los jóvenes de un rol de adolescente?, un gran número de adolescentes cada vez más, carecen de ese periodo de libertad tan necesario para desarrollar un yo estable y dirigido hacia el interior.....




Un constructo muy relacionado con la identidad personal es el “Autoconcepto”, que está implicado como actor protagonista en el desarrollo de la personalidad y en el desarrollo adecuado de la identidad. Se trata de las percepciones que tiene el individuo sobre sí mismo, que tienen como base las experiencias con los demás y en las atribuciones que se hacen sobre la propia conducta (Shavelson, Hubner y Stanton, 1976). 


Es un elemento clave en los cimientos del funcionamiento personal, social, académico-profesional y familiar, dependiendo de él, en gran medida, la satisfacción personal, el sentirse bien consigo mismo y una integración ajustada en cada uno de los contextos sociales. 


Conocer qué Autoconcepto tiene nuestro alumnado puede ser una herramienta fundamental en nuestro sistema educativo, ya que esta información nos ayudará a saber cómo se siente realmente el individuo, cómo está desarrollando su identidad, el ajuste personal y social que está desarrollando en los contextos académicos, social y familiar y nos ofrecerá la posibilidad de descubrir cómo es ese alumno con el que compartimos clase, cuáles son sus fortalezas y debilidades, y cómo está percibiendo sus capacidades para desarrollar su identidad en cada uno de los ámbitos en los que se desarrolla....


Os adjunto un cuestionario, con el que podréis evaluar el Autoconcepto, que podéis encontrar en la página web http://agrega.juntadeandalucia.es . Este portal se trata de un un proyecto desarrollado entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Red.es y las Comunidades Autónomas y en el que podéis encontrar documentos digitales educativos. 



Aquí os dejo el enlace al cuestionario: CUESTIONARIO







Daniel Grande Jiménez
Técnico del Equipo Municipal de Absentismo Escolar
Delegación de Asuntos Sociales
Excmo. Ayto. de La Línea


              
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